Haro entra en fase de lanzamiento | El Correo

2022-09-11 17:39:47 By : Mr. Hengge Y

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Sonia, Ana, Montse y Pilar han hecho posible la fiesta. / E. C.

Es lo que tiene ser y sentirse de un terruño. Que uno está orgulloso de haber nacido, crecido o anclado a él por devoción y le da por abrir las ventanas de la casa para vender sus bondades y virtudes, y hacer partícipes a los demás, vengan de donde vengan y sean lo que sean, de todo lo bueno que reporta para sentir que compartirlo acaba haciéndolo más grande aún y a quienes lo conocen parte de su universo más íntimo.

Incluso que con ello se difuminan las fronteras de lo que diferencia y convierte en exclusiva, frente a los demás, para recordar todo lo que une cuando se está por arrimar el hombro.

Aunque haya que dejarse, como este complejo curso, media vida en el intento y ese ejercicio de comunión con el resto haya sido consumado por un puñado de personas a las que será imposible reconocer en justicia el descomunal trabajo que han llevado a cabo (últimamente no remunerado) y su desinteresada entrega (de un tiempo a esta parte, mal considerada).

Es lo que se intuía ayer, por el vecindario de Las Huertas, al ver que las cuatro heroínas que se han echado este año el universo a cuestas, tiraban hacia delante para no dejar que pasase a los archivos la convocatoria que ha creado más relación personal de barrio que identidad territorial desde el 2000, año de gracia y luces.

Por eso, precisamente por eso, la fiesta del Barrio de las Huertas cerró ayer una edición de lo más especial e imprescindible después de dos años de ausencia por responsabilidad moral e imperativo sanitario porque, además de verse favorecida por el pronóstico del tiempo que sopló de frente, sirvió para garantizar al mismo tiempo que el personal (el de la organización y el del barrio y quienes se acercaron al barrio) sigue implicado y engrana su mecánica después de dos años de ausencia.

Y de trasladar a la comisión que el vecindario está por la labor se encargaron de manifestarlo la chavalería que se metió a degüello en los juegos que Diverprix desplegó sobre el ajedrezado de los Jardines de la Vega a media mañana, quienes se acercaron a la sombra de sus plataneros para tomarse un vermut Lacuesta y las gentes que pulularon por el callejero del barrio y sus establecimientos a lo largo de todo el día, alentados por la música de la charanga Sin Juicio que fue de aquí para allá recordando que el de ayer era el último día del programa, y protegida por el alguacil, José Luis González, que acompañaba a la compaña musical bien armado y con mando en plaza.

Nada resultó, en todo caso, tan elocuente como el desarrollo de la comida de hermandad que reunió en el Parque Manuel Anzuela a decenas de vecinos y visitantes para participar en el encuentro que mejor expresa, en escenas, imágenes y sensaciones, sostienen sin recato quienes lo han vivido en primerísima persona, el espíritu con el que fue concebida esta convocatoria que trata de estrechar lazos entre sus paisanos y de generar con ello un clima respirable en un universo repleto de conflictos, de un tiempo a esta parte.

Que una veintena de personas se afanasen contra corriente por conseguir que cerca de trescientos comensales disfrutasen, más de la compañía que de las impecables y sabrosas patatas a la riojana preparadas a media mañana, después del pelado y disección de 150 kilos de tubérculos en la Sociedad Gastronómica El Pardo, habla a las claras de la generosidad (no siempre bien entendida ni reconocida) por la organización que despidió la sobremesa con música, café y licores para ceder los trastos a los más pequeños.

Por la Avenida de La Rioja desfilaron los toros de cartón piedra de siempre, sobre su eje se repartieron bollos preñados y circuló una tropa de gentes del Parque de los Pintores al Panteón de los Liberales, llenando de vida los tramos de La Ventilla y la Vega, antes de que se despidiese el folclore con la verbena amenizada por Disco Móvil Krossko y la suelta de toros de fuego de una respetada ganadería que, quiera Dios, porque esta crónica se cierra antes de su salida por el barrio, hiciese feliz a los presentes, sin necesidad de recurrir a las cornadas, que bastantes viene dando la agenda del día a día.

A fin de cuestas, Las Huertas despiden su calendario festivo, que no es poco, pero todo está por llegar.

Romería a los Riscos de Bilibio

Hoy, de suyo, se celebra la Romería del Primer Domingo de Septiembre a las campas de los Obarenes y ésta llega cargada de propuestas de lo más interesantes (dianas y salida de los participantes en la primera Crono Escalera a la Ermita de Bilibio a las nueve y media de la mañana, misa en honor del patrón a las once, concurso de pintura infantil y juvenil a esa misma hora y al aire libre, juegos y talleres en las campas a las once y media, degustación de 'marisco jarrero' y patatas con chorizo a las doce, además de piñatas y carreras de sacos, degustación de vermut a continuación, concurso de paellas a la una y media, comida de hermandad a las dos y media sobre las campas del paraje, sorteo de premios entre los asistentes al encuentro y proclamación de la Guapa de Bilibio a las cinco y media).

Porque la histórica condición de enlace que el evento de los Riscos tiene con las fiestas de la patrona, las que están por llegar y comienzan a intuirse ya, se explica poco después del regreso de los romeros a la Plaza de la Paz, programado para las seis y media de la tarde. A eso de las siete, se presume que cantarán la Salve a la Virgen de la Vega en su Basílica. El inicio de sus fiestas está al caer. El chupinazo tendrá lugar este miércoles.

Lo mejor y lo último de este verano de reencuentro con la realidad está por llegar.